QUIMIOPROFILAXIS CON ANTIBIÓTICOS

QUIMIOPROFILAXIS CON ANTIBIÓTICOS
Rosana Mattiello. Cátedra de Medicina, Producción y Tecnología de Fauna Acuática y Terrestre.
Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA.

La utilización de antibióticos solos o combinados con el objeto de prevenir enfermedades
infecciosas es una práctica habitual entre canaricultores. Esta forma de “abuso” de antimicrobianos
es la responsable de la aparición del conocido fenómeno de resistencia, o aún más grave de
multiresistencia a los antibióticos. Recordemos que la resistencia es la pérdida de sensibilidad de
una cepa bacteriana a una concentración de droga antimicrobiana que habitualmente destruiría o
prevendría la multiplicación del microorganismo. Como consecuencia, la bacteria se multiplica y
sobrevive aún en presencia de la droga. Cuando una cepa de microorganismo desarrolla resistencia,
esta suele hacerse extensiva a todas las drogas químicamente semejantes, aunque no haya estado en
contacto con ellas. Por ejemplo, si se produce resistencia a la amoxicilina es frecuente que la bacteria
sea resistente también a las cefalosporinas (pues ambas drogas son antibióticos del mismo tipo, BLactámicos). A éste tipo de resistencia adquirida la denominamos resistencia cruzada; mientras que
al desarrollo de resistencia simultánea a dos ó más drogas de diferente estructura química e incluso
diferente mecanismo de acción la denominamos multiresistencia. El origen de la resistencia en las
bacterias es genético, pudiendo ocurrir por mutación o por transferencia de material genético de una
bacteria a otra (por transducción, transformación o conjugación). Los mecanismos usados por los
microorganismos para protegerse de las drogas son muchísimos y un ejemplo es la producción de
enzimas inactivantes de los antibióticos.
La resistencia a los antimicrobianos se presenta por el uso sistemático, abusivo e
indiscriminado de los antibióticos. Cuando un antibiótico es ampliamente usado, y especialmente si
se utilizan dosis sub-terapéuticas se suprimen rápidamente las cepas bacterianas sensibles pero se
multiplican más fácilmente las cepas resistentes. A éste fenómeno se lo conoce como “selección” de
cepas resistentes.
La quimioprofilaxis sólo es útil cuando se utiliza un único fármaco para evitar la infección
por un microorganismo específico. Por ejemplo, si una de las aves del establecimiento padece o
padeció una enfermedad infectocontagiosa es conveniente medicar a las aves que estuvieron en
contacto con ella para erradicar lo antes posible al microorganismo responsable.
De lo expresado se desprende que ante la presencia de una enfermedad lo primero que debe
decidir el médico veterinario es si está indicada o no la administración de un agente antimicrobiano.
Si decide utilizarlo, la elección del antimicrobiano no debe ser tomada a la ligera. Debe relacionarse
el posible microorganismo infectante (lo ideal es enviar una muestra para su examen bacteriológico),
con las características farmacológicas de la droga elegida (lo más indicado es realizar un
antibiograma). La realización del cultivo-antibiograma permite la elección del antibiótico, con
actividad selectiva sobre el ó los microorganismos infectantes presentes y que produzca los mínimos
efectos indeseables. De no realizarse ésta práctica, el veterinario indicará el antibiótico cuyo espectro
cubra el o los microorganismos clínicamente más probables.
En general se desalienta el uso de combinaciones de antimicrobianos (por ejemplo: “el
cuádruple”), pues es difícil seleccionar la combinación apropiada. Recordemos que -en general- no
deben asociarse antibióticos bacteriostáticos con bactericidas, dado que se produce un antagonismo
(los primeros no permiten que las bacterias lleguen a estado de rápido crecimiento por lo cual el
antibiótico bactericida no tiene acción).
1Como ejemplos útiles de quimioterapia combinada pueden mencionarse el Sulfametoxazol con
Trimetoprima y la asociación de antibióticos B-Lactámicos (como Ampicilina o Amoxicilina) con
inhibidores de B-Lactamasas (como Clavulanato y Sulbactam).
Por lo anteriormente expresando, la quimioprofilaxis no debe ser utilizada para prevenir
cualquier infección por algún microorganismo "posiblemente presente" en el medio ambiente,
mediante el uso de un antibiótico ó peor aún, una combinación de ellos. Esta práctica no sólo
redundará en un fracaso de la profilaxis, sino que además provocará la presentación del ya
mencionado fenómeno de resistencia. La flora microbiana normal del huésped es la defensa más
importante para prevenir la infección por otros patógenos.
La mejor profilaxis contra la presentación de enfermedades infecciosas será el adecuado
manejo de las aves (evitar el hacinamiento, administrar alimentos adecuados en cantidad y calidad,
aislar y tratar inmediatamente a cualquier animal que presente signos de enfermedad, desparasitar,
etc.). Además, la quimioterapia antibiótica sólo debe indicarse ante la presencia de la enfermedad,
realizando en lo posible un cultivo y un antibiograma, con el objeto de elegir el fármaco de mayor
actividad selectiva y que produzca los mínimos efectos tóxicos. El antibiótico seleccionado debe
administrarse a dosis terapéuticas (evitar sub-dosificación), y por un lapso mínimo de 7 a 10 días.
Siguiendo éstos sencillos consejos evitaremos el excesivo uso de fármacos caros y con
posibles efectos indeseables, especialmente en el uso de combinaciones de antibióticos. Asimismo
evitaremos la selección de microorganismos resistentes y disminuiremos la necesidad constante de
que aparezcan nuevos agentes antimicrobianos, pues estaremos cuidando los ya existentes.